domingo, 2 de septiembre de 2012

Capítulo 12: Malas noticias.


Nos encontramos cara a cara, me miró fijamente.Lo miré fijamente. Un duelo de miradas. Mientras,Isabel, fue a buscar a Andrea. De repente recibí una llamada. Era ella.-¿Sí?-pregunté-Daniel,Andrea…ha sido asesinada por el Director.-se me cayó el móvil-¿Daniel? ¿Hola?-Mis ganas de llorar se transformaron en rabia, y, como pude, ataqué al Director.
Aparecí en el suelo, desmayado. El Director estaba atado en una silla.-¡CHICOS!-grité. Ellos habían atado al Director.-Daniel-me dijo uno de ellos-toma-me dio una especie de espada.-¿Para qué es?-pregunté-¿No te lo imaginas?-respondieron.
Isabel estaba derrumbada, Andrea,muerta. Yo, en ese momento no me acordaba, se ve que del golpe que me di, se me había olvidado. Isabel llamó a los padres de Andrea. Se les cayó el mundo encima. En seguida fueron hasta allí para recoger el cuerpo y poder enterrarla como se merecía. Estaban destrozados, todo por esa persona de pacotilla. El entierro fue en Segovia. Yo no pude ir, pero mis padres que sí que lo hicieron se alegraron de que yo no fuera.Iba a ser lo peor, sobretodo para mí. Era Andrea, mi Andrea, chica de la que estaba enamorado durante muchos años. Durante diez minutos me estuve acordando de los pocos momentos que habíamos tenido juntos. Eso aumentó mi rabia.
Me giré un momento, porque me llamaron y el Director estaba suelto, se había soltado de las cuerdas. Estábamos en el patio del colegio, en la cancha.Frente a frente, nuestras miradas se cruzaban. Yo con la espada y él con una pistola. Cuando la sacó, noté un peso en mis pantalones, pero me dio igual, sabía que me tenía que enfrentar a ello.
Hubo unos momentos de incertidumbre, pero por fin, decidí tirarle la espada, y, callera donde cayera, yo tenía que salir huyendo por la pistola. Así fue, se la tiré. Le dio en el hombro derecho, se le cayó la pistola, pero con el brazo derecho consiguió cogerla de nuevo y dispararme.
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jueves, 2 de agosto de 2012

Capítulo 11: La Fiesta


Quedaban varios días para la fiesta. Yo había estado ayudando a Isabel todo lo que podía, pero al ser una señora mayor, no dejaba que la ayudara, pero siempre lo hacía.
Era 24 de julio. Aún no habíamos enviado las invitaciones. Las enviamos por correo urgente y llegaron a tiempo.
Llegó el esperado día. El día de la fiesta. Estábamos todos los invitados allí reunidos, cuando Isabel comenzó a hablar:
-Estamos aquí reunidos por un objetivo común a parte de celebrar el día de Santiago. Hoy, con ayuda de Daniel, conseguiremos acabar con El Director.- gritó  Isabel- SÍÍÍÍÍÍ-gritaron todos a la vez. Claro, todas aquellas personas habían tenido o algún objeto parecido al sombrero, o el mismo sombrero. –Hay que maquinar el mejor plan que podamos. Tiene que salir perfecto. Nada mal. Hay que deshacerse del Director. Sea como sea. ¿Habéis entendido?-Dijo Isabel.
Buf, estaba muy nervioso. Yo. Parte de un plan. De un plan para deshacerse de una persona. Del director de mi instituto. No sabría si podría hacerlo. Bueno, tenía que intentarlo, por todas aquellas personas.
Lo primero de todo, había que buscar a Andrea. Lo segundo, poner un blanco fácil para el Director, y lo tercero, que consiguiera caer en la trampa. Era muy difícil. Era demasiado listo, pero había que intentarlo.
Nos repartimos las tareas. Como yo era alumno del Director, me tocó buscar alguna trampa, pero fue fácil. El sombrero.
Fui a mi casa, busqué el sombrero, y lo cogí. Uf, menos mal, estaba en el mismo sitio. Legué al instituto y sólo me tocó esperar hasta que el Director saliese a la puerta. Y así fue.

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sábado, 16 de junio de 2012

Capítulo 10: Preparativos.


Estábamos cenando. Aún no me había contado aquel plan. El mío había salido mal, pero bueno, había que intentarlo.- Oiga, aún no me ha dicho cómo se llama- pregunté- Isabel, me llamo Isabel.- Muchas gracias, Isabel, yo soy Daniel, pero puede llamarme Dani- dije.-Tuteame, Daniel.- Vale.
Estuvimos hablando toda la noche, hasta cerca de la 1 de la mañana. Cuando desperté, recordé que se me había vuelto a olvidar preguntarle por el plan. –Bueno días- saludé- Buenos días,Daniel,¿qué tal has dormido?- pues bastante bien, gracias. Isabel, aún no me has contado el plan…- lancé la indirecta bastante directa.- Ya lo sé, pero para ello tienes que esperar en el momento justo.-dijo- Vale-contesté.
Mientras, yo estaba pensando en Andrea, qué tal estaría con esa gentuza, y que hasta el lunes como mínimo no podíamos ir.
Fuimos a un pueblo cercano, a hacer unas compras. Compramos de todo. Creo que esa noche Isabel celebraba una fiesta o algo así, porque compré comida para un regimiento.
Volvimos a casa y así fue, iba a dar una fiesta en su casa
-Daniel, ¿te importaría ayudarme a hacer unas invitaciones para enviárselas a la gente?- Pues claro que no me importa, Isabel
La ayudé, la fiesta sería el día 25 de julio, con motivo de la fiesta de Santiago. Sí, era gallega, de La Coruña.
Me contó un poco su vida y había tenido una vida interesante. Por la noche, mientras estaba en la cama, estuve pensando por qué haría una fiesta. Tenía que haber algo más a parte de ese día.
Toda la noche, pensando.No pegué ojo, hasta que por la mañana llegué a la conclusión, la fiesta era parte del plan.
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miércoles, 13 de junio de 2012

Capítulo 9: Corre Forest.


Seguimos charlando allí, pero fuimos tontos, y cuando menos nos lo esperábaos, estabamos corriendo hacia la nada.

-¡Corre , Andrea, no podemos dejas que nos pillen!- la grité- ¿Qué te crees que estoy haciendo, atontado?- replicó. Corrimos cuanto pudimos. Tropezó.- ¡Andrea!- volví a recogerla. Estaba inconsciente. La cogí a caballito y seguí corriendo. ¿Qué era aquello del fondo?¡Un pueblo! Miré hacia atrás. Parecía que no venía nadie. Andrea seguía incosciente. Me había manchado la camiseta de sangre.

Busqué una casa en la que pudiera descansar. Una mujer amable nos prestó una cama. Mientras la preparaba, llevé a Andrea a un centro de salud que había en aquel pueblo. La curaron la herida y la mantuvieron en observación un par de horas. Tras ver que estaba bien, regresamos a la casa de la señora.

A mitad de la noche empecé a oir unos ruidos extraños. La cama de Andrea. Estaba convulsionando.-¡Señora!¡Llame corriendo a una ambulancia!-grtité. La dueña hizo caso y llamó todo lo rápido que pudo.
Llegamos al hospital. Allí estando en la sala de espera, preocupado por Andrea, la señora se puso a hablarme, a preguntarme que de dónde era y lo típico. Tras un rato de conversación, nos llamaron, que Andrea ya estaba en planta, que estaba bien. Fuimos corriendo a la habitación. Era una trampa, estaba el director, con Andrea atada de pies y manos.-¡Socorro!¡Ayúdenos!- grité- No lo intentes, esta habitación está insonorizada.- me dijo con interés- ¿Qué le has hecho?- ¿No es evidente? En la comida la eché cosas para que convulsionara. – me dijo.
Me asusté y eché a correr. La señora me acompañó. Llegamos a casa. Allí la señora me estuvo preguntando y la conté toda la historia.
Estaba con nosotros. A ella la pasó igual, y sólo había una forma de escapar, pero era muy complicada y puede que hasta alguien muriera.
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sábado, 2 de junio de 2012

Capítulo 8: Ella


Dos días después me desperté. Se ve que todos los días, cuando parecía que me iba a despertar,  me echaban un poco de cloroformo para que volviera a dormir.

En el brazo tenía varios puntitos de sangre. Imagino que sería para ver la sangre y demás. Seguí investigando mi cuerpo. En el pecho tenía dos heridas. No sé de qué podrían ser ni nada, pero bueno, paarecía que no estaban infectadas.

De repente se abrió la puerta. Vi una larga melena, rubia y lisa. Ese pelo me resultaba familiar. Asomó un poco la cabeza. Pude reconocer esa cara. Andrea García. La chica de la que llevaba mucho tiempo enamorado. Iba a 3º ESO.

-¡Dani! ¿Estás bien?- preguntó- Sssí, creo- contesté.-¡Despierta!-me dijo mientras me tiraba un vaso de agua a la cabeza. ¿Qué hacía allí? No sé.-¡Vamos!¡Levántate!¡Nos tenemos que ir!-me levanté de un salto. Salimos de allí, lo más sigilosos que pudimos. Lo logramos. ¿Qué sitio era aquel? Estaba en medio de un bosque. Parecía que lo habían repoblado, que había sido quemado hace mucho tiempo.

Cuando salimos del todo la pregunté qué hacía allí. Me contestó que ella también había sido secuestrada por el directos. La tenían en una sala metida y un día oyó algo de mí. Claro, todo eso explica su misteriosa desaparición.

Seguimos charlando allí, pero fuimos tontos, y cuando menos nos lo esperábaos, estabamos corriendo hacia la nada.

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domingo, 20 de mayo de 2012

Premios 2



Premios.
Hoy vengo con una serie de preguntas en las que he sido nominado por Cosas que contar.

Esto consiste en pegar una foto y responder a una serie de preguntas, nominar a otras seis personas y realizar otras doce preguntas distintas. Ahí va:



1-¿Has dejado algún libro a medias?

Pues como todos, los libros que te mandan en el colegio. No hay cosa que más odie que la lectura obligada.

2- ¿Dónde sueles escribir?

Pues normalmente en mi habitación.

3- ¿Te han dicho alguna vez que tus historias son malas?

Pues sí, pero bueno, yo quiero que me lo digan, pero que me digan también el qué, a ver si lo puedo mejorar.

4- Cuando te aburres en clase ¿qué dibujas? Todos dibujamos en clase.

Soy más de empezar a mirar la ventana, pero alguna vez sí que he dibujado, caricaturas jaja

5- ¿A qué escritor harías un monumento en la plaza de tu pueblo? 

A  J.K. Rowling, vamos, si me hago alcalde alguna vez, nombro una plaza así.

6- ¿Hay algún escritor que no soportes?

A los de la generación del 27, pero no por sus libros, sino porque me tengo  de qué hablan sus libros.

7- ¿Perteneces a alguna tribu urbana?

Pues no jaja
8- ¿Qué tipo de música te gusta?

Black Eyed Peas y McFly

9- ¿Te gustan los museos de arte?

No, no me gusta NADA el arte.

10- ¿Qué asignatura se te da mejor?

Biología :3

11- ¿Cuál se te da peor?

Matemáticas u.u

12- Esa pregunta que estabas esperando... ¿te ha aburrido el cuestionario? (seguro)

No, es bastante divertido jaja


De aquí para abajo repito todo, ya he hecho este cuestionario y no tengo ganas de pensar más.

Mis preguntas:

1.- ¿Ciencias o letras?

2.-Libro o película favorita y por qué

3.- ¿Qué tipo de películas te gustan?

4.- ¿Café o Cola-cao/Nesquik?

5.-Estudios que quieres hacer

6.- ¿Tienes algún grupo de música o de lectura?

7.- ¿Te gusta estudiar?

8.- ¿Qué opinas de los recortes de Rajoy? (Sin excederse)

9.- ¿Piensas hacer algo nuevo en tu blog?

10.- ¿Qué opinas de tu historia?

11.- ¿Te caigo bien? (Acepto cualquier opinión)

12.- Yo también me canso, cántame J



Personas a las que hago el regalo: (no sé si se pueden poner la mitad :S )

María Hojas de Papel

Sara Luz y Oscuridad

Cosas que contar

Sofía Leerparavolar

Los muertos pueden bailar

Las Tierras de Erion
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Premios.


Premios.
Hoy vengo con una serie de preguntas en las que he sido nominado por Cosas que contar.

Esto consiste en pegar una foto y responder a una serie de preguntas, nominar a otras seis personas y realizar otras doce preguntas distintas. Ahí va:






1.- ¿Pepsi o Coca-cola? ¿Cola-cao o Nesquik? ¿Sony o Nintendo? ¿Libro o Peli?

Coca-cola, Nesquik,Nintendo y libro

2.- ¿Tipo de libros que más te gustan? ¿Por qué? ¿Alguna recomendación?

Misterio, drama o históricos. Porque me gustan, no sé, me parecen los más entretenidos. La Voz Dormida de Dulce Chacón.

3.- ¿Trilogías/sagas o libros independientes? ¿Razones?

Prefiero libros independientes, porque así si no me gusta, ya no tengo que seguir leyendo más partes.

4.- ¿Te has leído "El señor de los Anillos" o lo has intentado? ¿Impresiones?

La verdad es que no lo he intentado nunca jaja

5.- ¿Has hecho muchos viajes? ¿Cuál es el lugar que mas te ha gustado?

Por desgracia no he hecho muchos, pero me gustaría. EL que más me gustó fue a Penafiel.

6.- ¿Te has inspirado en alguna vivencia personal para escribir?

Pues la verdad es que no. Me gusta el misterio, y basándome en eso, escribo el relato que estoy haciendo.

7.- ¿Qué te gusta más, la descripción o la acción?

La acción, claramente jaja

8.- ¿Piensas y escribes o escribes y piensas?

Pienso y escribo.

9.- ¿Qué es lo que más te gusta de mi? ¿Y lo que más odias?

Lo que más, que puedo confiar en ti. Lo que más odio, que a veces eres un poco pesado con las canciones al no dejar ni una ¬¬

10.- ¿Qué te parece mi blog o mis blogs?

Están bastante bien.

11.- Libro favorito, ¿por qué?

Como he dicho antes, La Voz Dormida, porque los libros que tratan temas de historia (la post guerra me gustan.

12.- Me he cansado de pensar preguntas, ¿Algún chiste?

Va un caracol y derrapa, ¿te ha hecho gracia? Pues a la vieja a la que atropelló tampoco.

Mis preguntas:

1.- ¿Ciencias o letras?

2.-Libro o película favorita y por qué

3.- ¿Qué tipo de películas te gustan?

4.- ¿Café o Cola-cao/Nesquik?

5.-Estudios que quieres hacer

6.- ¿Tienes algún grupo de música o de lectura?

7.- ¿Te gusta estudiar?

8.- ¿Qué opinas de los recortes de Rajoy? (Sin excederse)

9.- ¿Piensas hacer algo nuevo en tu blog?

10.- ¿Qué opinas de tu historia?

11.- ¿Te caigo bien? (Acepto cualquier opinión)

12.- Yo también me canso, cántame J



Personas a las que hago el regalo: (no sé si se pueden poner la mitad :S )

María Hojas de Papel

Sara Luz y Oscuridad

Cosas que contar

Sofía Leerparavolar

Los muertos pueden bailar

Las Tierras de Erion
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lunes, 14 de mayo de 2012

¡He vuelto! ¡Y nada podrá detenerme!


Buenas gente, pues eso, que ya me han arreglado el ordenador donde tenía todo escrito.Para el o la que no lo supiera, ya lo sabéis porqué he estado ausente este tiempo,aunque lo haya intentado poner en Tuenti los días que podía (para quien no lo tenga: Tuentià Alex Relatos Breves. Twitterà @ReyesSit95. Sí,maneras sutiles de hacer publicidad).

Bueno,quería dirigirme a vosotros porque a partir de ahora, lo primero, que sólo avisaré de la subida de los relatos o la historia que estaba escribiendo a quien me lo diga. Os agradecería que me lo hicierais llegar de cualquier forma, tanto Tuenti, twitter, correo, comentarios aquí, como queráis, pero decírmelo, por favor. El que no me avise, me lo tomaré como que no quiere. Si no recibo ninguna petición, me lo tomaré como que no os gusta, y a mí me gusta escribir, pero si a vosotros no, no tiene sentido...

Otra cosa, ya que estoy aquí aprovecho. Me gustaría que me dijerais también qué os parece el blog, pero en serio, por favor, porque me da que la encuesta que hay a la derecha va un poco a coña, y si no es así, el que haya votado, que me diga qué le gusta, o qué no, qué cosas cambiaríais, etc. Lo podéis hacer tanto de manera anónima como sin serlo. Si me decís que no os gusta y me decís vuestro nombre, tranquis, no os voy a coger manía ni nada por el estilo, sino al contrario, intentaré que sea de vuestro agrado para que os sea más ameno.

Más cositas, empezaré a subir cuando tenga el ordenador un poco en orden. Espero que a lo largo de esta semana pueda ser, sino, la semana que viene de fijo que subo algo.

Dicho todo lo que tenía que decir, muchas gracias a los que me digáis vuestra opinión y demás.

Abrazos,
                          Alex Relatos Breves



Pdta: Va en serio, sino me hacéis caso, lo siento, cerraré el blog y paso de preocuparme más por el. Al igual que el Tuenti, así que por favor, intentad decirmelo antes del martes, os lo agradecería un montón.

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viernes, 20 de abril de 2012

El crimen de cada día- Carlos Alfaro


Esto en un texto que hice el otro día en clase de Lengua, y tenía que hacer una valoración crítica. Bueno, pues si no es mucho pedir, me gustaría que os leyerais el texto y me dieseis vuestra opinión sobre el tema, me da igual si es sobre el texto o sobre el tema del texto. Me gustaría más que fuera sobre el tema, pero lo que prefiráis pero aquí, en un comentario. Antes de que digáis nada, yo este texto ya le tengo hecho, no es para coger vuestra opinión. Pues aquí lo tenéis:



El crimen de cada día- Carlos Alfaro.

Alguien, no viste quién, abrió la puerta, y saliste con toda la vitalidad con que te fue posible hacerlo, pensando que la libertad estaba enfrente y que te daban por fin la posibilidad de disfrutarla. Obviamente, no la encontraste: contra lo que esperabas, sólo hallaste un lugar más espacioso, paredes infranqueables, y varios hombres a los que hasta entonces, jamás habías visto, con la crueldad dispuesta y el más feroz de los sadismos preparado. Después, fueron quince minutos, veinte tal vez, de auténtico martirio, en los que tuviste ocasión de conocer sobre tu cuerpo la violencia, y supiste del terrible extremo a que es capaz de llegar la brutalidad del hombre, de forma arbitraria y sin razón alguna que además lo justifique. Quizá, es probable, te preguntaste por qué lo hacían, cuál era la auténtica razón de que te torturaran de ese modo, o quizá, quién sabe, no llegaste a preguntarte nada, pues, como ellos decían, ni sufrir podías, y pensar era una función para la que solo ellos estaban capacitados. Después, cuando se cansaron, viste que uno de ellos, el más cruel posiblemente, se paraba en frente a ti con su arma preparada, y tuviste la impresión de que el momento del fin estaba próximo. No dudaste esperanzado te arrancaste contra él con las pocas fuerzas de que disponías, y respiraste tranquilo al sentir en tu cuerpo la llegada de la muerte, el borbotón de sangre que, viniéndote de muy dentro, te inundó de golpes las fauces desbordando generoso la glotis y la garganta. Después, no sentiste más, caíste al suelo como un fardo y un clamor unánime atronó el ruedo, pidiendo, con rara y terrible unanimidad, que te cortaran las dos orejas y el rabo.
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miércoles, 11 de abril de 2012

Capítulo 7: El plan.


Miré por todos los lados. Encontré un papel. Me tiré al suelo y logré abrirlo con la boca. Empecé a leer. Ponía todo el plan, el maléfico plan:

Segovia, 23 de Julio de 2010.

Hoy nos hemos enterado de que hay un chaval del IES “Cristo Salvador” con un sombrero con una característica especial: el que lo lleve puesto, podrá leer la mente de los demás sin problema alguno.

El plan a llevar a cabo es el siguiente: Hay que capturar al chaval y llevarlo a un lugar alejado, solitario e insonorizarlo, robarle el sombrero y luego matarlo.

Una vez cumplida la parte del plan, hay que ir al gobierno y chantajear con que sabemos sus planes para el futuro de España, obviamente, lo habremos leído con su pensamiento.

Una vez que nos hayan vendido España, repetiremos la operación con cada país y así poder dominar el mundo.

Bajo ningún concepto este plan puede salir mal. Si así fuera, las consecuencias serían terribles.

¿Con que ese era el plan que tenían, no? Pues no les va a ser fácil, y menos después de que me haya enterado, jajaja-pensé. Lo único que necesitaba era salir de allí, pero ya lo tenía.

Encontré un viejo cristal. Rompí la cuerda que capturaba mis manos y conseguí escapar. Salí corriendo hacia el bosque. Lo primero fui a casa, a mirar si el sombrero seguía allí. Efectivamente, allí estaba. En segundo lugar fui a despedirme de mis padres, porque no sabía si iba a regresar o no, y en tercer lugar, y que era lo peor, era presentarme en el instituto.

Llegué, me planté en la puerta. El sombrero estaba en mi casa guardado. Me senté en el escalón de la puerta principal. Apareció el director, pero hice como que no sabía que estaba allí. Me tapó la boca y me hizo respirar cloroformo.
Me llevó a un sitio peor que el otro día, ahí era donde empezaría mi plan, el mejor plan que había tenido jamás en mi vida, y del cual estaba muy orgulloso.
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lunes, 9 de abril de 2012

Capítulo 6: El director.


Justo había una ventana. No se habría dado cuenta, rompí el cristal y me tiré.

¡Danieeel! ¡Son las 8! ¿Te vas a levantar de una vez para ir a clase?-gritó mi madre.- Ya voy, mamá- contesté.

Había estado un par de semanas en el hospital, por una rotura de la pierna, pero ya estaba bien, en casita, listo para volver a clase, por desgracia. Aquella caída me hizo pensar y tener miedo del instituto. ¿Qué guardaría allí? Fuese lo que fuese, no iba a volver a ese desván nunca más.

Fui a clase, y a mitad de la mañana vino la conserje a decirme que a última hora me quedase y que fuera a ver al director, que estaría en la última planta.

Estuve pensando toda la mañana qué habría hecho, pero por mucho que pensaba, no recordaba nada, y menos después de que saltara por la ventana. A lo mejor sería para pagar el cristal. No, no creo que fuese por eso.

Llegó la última hora y pedí permiso al profesor para poder ir a ver al director. Allí estaba. Me dijo que subiera al desván. Me negué en rotundo. Insistió. Me amenazó con expulsarme. ¿De verdad podía hacer eso? Bueno, en cualquier caso, no me quedó más opción que subir.

Estaba todo igual que aquel día, me acojoné. Me mandó sentarme en una silla que había allí. ¿Sabes por qué estás aquí, no?-preguntó.-No, no lo sé, ¿por qué estoy aquí?

A la mañana siguiente me desperté. Apareció una voz distorsionada preguntándome por el sombrero, que dónde lo tenía guardado. En ese momento supe todo el plan. El director quería ese sombrero para algo, pero tenía que adivinar el por qué, solo necesitaba salir de allí, pero no sabía cómo.

Miré por todos los lados. Encontré un papel. Me tiré al suelo y logré abrirlo con la boca. Empecé a leer. Ponía todo el plan, el maléfico plan.
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sábado, 24 de marzo de 2012

Capítulo 5. El desván.


Me recorrí varios pasillos, entre ellos el principal y, cuando lo encontré me puse a leerle los pensamientos, cuando escuche una cosa muy rara que venía del despacho de dirección: ¡Ese sombrero no lo puede tener nadie! ¡Hay que confiscárselo a Daniel! ¿Entendido?- decía el director- Sí- contestó el jefe de estudios.

¿Qué tendría ese sombrero? ¿Por qué me lo querían quitar? Fuera lo que fuera, no me lo iban a quitar, no había cosa que más me gustara que hacer rabiar a los profesores.

Estuve todo el día evitando al jefe de estudios y al director. Me senté en un banco y empecé a pensar en el desván. Me acomodé tanto en el banco, que al final me dormí.

Cuando desperté, estaba en el desván. Me empezó a hablar una voz distorsionada.- Hola Daniel- saludó- ho..ho..la…¿quién eres?- titubeé- jajajaja-rió la voz. Se fue.

Corrí hacia la puerta, salí, pero volví a entrar otra vez en el desván. Era una especie de hechizo que la puerta conducía otra vez a la misma sala. Qué mal rollo me estaba dando.

La voz volvió.- ¿Sabes por qué estás aquí, no?-preguntó-No-contesté.- Jajajajajaja- rió otra vez- Estás aquí porque tienes algo que me pertenece.-dijo-¿Cuál?-pregunté- No sé, tú sabrás, pero hasta que no lo devuelvas, no vas a salir de aquí- amenazó.-Pues entonces mal vamos, no tengo nada.

Justo había una ventana. No se habría dado cuenta, rompí el cristal y me tiré…
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viernes, 16 de marzo de 2012

Capítulo 4: Sucesos extraños.


Llegué a dirección, estaba en un pasillo en el que hacía mucho calor, había poca luz y sus puertas estaban viejas y muy deterioradas. Entré al despacho a hablar con el director y lo típico: ¿Qué has hecho? ¿Por qué lo has hecho? Bla, bla, bla entonces en uno de esos momentos, incliné el sombrero para un lado,  dí un golpe contra la mesa y… empecé a leer los pensamientos del director.

Tenía muchos problemas con su mujer, estaban a punto de divorciarse.¿Qué me estaba pasando?¿Por qué leía los pensamientos del director? No entendía nada.

Lo escuché a duras penas, porque seguía pensando en lo que me había pasado. Me quité el sombrero. Me encontré con varios profesores que me preguntaron que dónde iba. No les respondí, hice como que no los oía. Esta vez no había escuchado sus pensamientos. Cosa extraña.

Llegué a clase. Nos dijeron que teníamos examen de matemáticas. Esta vez me vendría genial poder leer el pensamiento al profesor, pero con la suerte que tenía yo, no iba a poder ser. Acabó la clase y me puse a imitar a un mago muy famoso, es decir, hacer el ganso con el sombrero. Otra vez comencé a leer pensamientos. No podía perder la oportunidad. ¡A por el profesor de matemáticas!

Me recorrí varios pasillos, entre ellos el principal y, cuando lo encontré me puse a leerle los pensamiento, cuando escuche una cosa muy rara que venía del despacho de dirección.

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martes, 13 de marzo de 2012

Capítulo 3: El sombrero.


Con mucho miedo, entré en aquella sala. Parecía un desván de material viejo del instituto, estanterías de metal, algún balón viejo del gimnasio, con muchas carpetas, sábanas, mesas viejas, etc., pero hubo una cosa que me llamó muchísimo la atención…un viejo sombrero.

Me puse a marujear más esa habitación, pero ese extraño sombrero no dejaba de mirarme. Lo cogí. Me lo puse en la cabeza. Noté una sensación extraña, pero me lo dejé puesto. Cuando me lo quité, le investigué un poco, y vi que tenía unas iniciales grabadas GM. ¿Qué significarían? Me extrañaron. Pero bueno, cogí y me lo llevé a casa.

Estando en frente del ordenador, por casualidad me acordé de las iniciales del sombrero. Comencé a buscar por Google y nada, no venía nada.

Al día siguiente, en el instituto, lo lleve puesto, y todos se reían de mí, pero ese sombrero me encantaba. En clase no me lo quitaba, hasta que Isabel Robles, la profesora de lengua castellana, me llamó inútil y que siempre tenía que estar haciendo el payaso, lo cual no entendí mucho porque era la primera vez que hacía algo de ese tipo, y me mandó al despacho del director.

Por el pasillo me encontré a varios profesores que jamás había visto por allí. Bueno, serían nuevos.

Llegué a dirección, estaba en un pasillo en el que hacía mucho calor, había poca luz y sus puertas estaban viejas y muy deterioradas. Entré al despacho a hablar con el director y lo típico: ¿Qué has hecho? ¿Por qué lo has hecho? Bla, bla, bla entonces en uno de esos momentos, incliné el sombrero para un lado,  dí un golpe contra la mesa y…
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sábado, 10 de marzo de 2012

Capítulo 2: La puerta.


Al día siguiente, fui al instituto, como cada día. Fue un día normal, excepto por una cosa… la llave.

La tuve todo el rato en el bolsillo del pantalón y, cada vez que me acordaba de ella, me daba un escalofrío impresionante.

Ese día, como había estado muy distraído por la maldita llave, me castigaron a limpiar mesas por la tarde, así que cuando terminé de comer y todo, fui otra vez a malgastar mi tarde en ese horrible lugar que todos los adolescentes odiamos.

Entonces, cuando estaba en la planta más alta, en la que nunca había estado, me di cuenta de que había más escaleras, que conducían a una puerta muy estropeada. Me acordé de la llave y, probé si era de aquella puerta.

-Si hay suerte, se abrirá, que no, seguiré limpiando mesas-pensé.

Saqué la llave del bolsillo derecho. La mano me temblada. Metí la llave en la cerradura. De momento encajaba. Giré. La llave giraba, lo que sólo podía significar una cosa: la llave era de esa puerta. Di cuatro vueltas. Cuánta seguridad para una puerta zarrapastrosa.

Terminé de girar la llave. Tuve que empujar la puerta porque estaba algo atrancada, pero finalmente lo conseguí. Allí estaba, descubrí de dónde era esa llave.

Con mucho miedo, entré en aquella sala. Parecía un desván de material viejo del instituto, estanterías de metal, algún balón viejo del gimnasio, con muchas carpetas, sábanas, mesas viejas, etc., pero hubo una cosa que me llamó muchísimo la atención…

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jueves, 8 de marzo de 2012

El desván. Capítulo 1: La llave.


¡Riiiiiiiing! Sonó el timbre del instituto. ¿Llevaba ya tantas horas allí? -Buah, será mejor que me vaya a casa, que ya es hora de comer-pensé.

De camino a casa me puse a pensar en varias cosas, lo típico de adolescentes, exámenes, exámenes, más exámenes, en la chica que me gustaba, ¡ah! Se me olvidada, más exámenes. Esta semana que venía era terrible, todos los exámenes juntos porque dentro de poco nos daban las vacaciones, encima teníamos la excursión de fin de curso ahí mismo y se nos apelotonaban más los exámenes.

Lo primero, me presentaré, me llamo Daniel Lawrence, aunque todos me llaman Dani. Tengo 17 años y vivo en Segovia. Mi padre era inglés, por eso es así mi apellido, y mi madre es de un pueblo de Asturias.

Mis primeros años de vida los pasé en Inglaterra, pero con tres años nos vinimos aquí y desde entonces, aquí estoy.

Bueno, continuaré mi historia: Pues eso, iba andando para mi casa, pensando en mis cosas, bla,bla,bla, todo el rollo de antes, cuando de repente, me encontré una llave. Me pregunté que de dónde sería. Por si acaso, la dejé en su sitio, no vaya a ser que fuera una bomba o alguna cosa de esas de los etarras. Sí, soy muy miedoso. Continué yendo hacia casa, donde me esperaba unas fish and chips, típica comida inglesa. Eso me motivó bastante, lo único malo fue que pensé durante todo el camino de dónde sería.

Cuando ya estaba casi llegando a la puerta de casa, ya no podía más con mis pensamientos, por lo que empecé a correr hacia la llave. ¿Seguirá allí? ¿No? ¿Tal vez? En breve lo sabría. Estaba casi tirado por el suelo, pero mi curiosidad por saber de aquella llave no me dejaba parar. Me tropecé, pero sólo me hice un pequeño rasguño de nada. ¡Por fin llegué a la llave! Y ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿Para que leches quería yo esa llave?
 Total, que me fui a casa, pero con mi llave.

Al día siguiente, fui al instituto, como cada día. Fue un día normal, excepto por una cosa…

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sábado, 3 de marzo de 2012

Y por último,el ansiado 1º Premio.

Bueno,el 1º Premio es un relato que, a primera vista puede resultar aburrido,pero a los tres miembros del jurado nos ha parecido una de las mejores historias que habíamos leído, por eso pensamos que se merecía ganar. Se lo quería agradecer a "Mi Vida en Manhattan" y a "Jona Arenales" por haberme ayudado en este concurso que he hecho.Muchas gracias,chicos,creo que hemos hecho un buen trabajo.

No me enrollo más, el ansiado 1º premio es para...¡ELISA SESTAYO! Muchísimas gracias por haber participado en el concurso, y sigue escribiendo que se te da genial :)

Aquí os dejo con el relato ganador, y muchas gracias a todos los participantes, que sepáis que todos eran muy bueno.¡Muchas gracias!


Cecilia.

A Cecilia le encantaba el sonido del viento y las sonrisas torcidas. A Cecilia le enamoraba el sonido del mar y ver la arena deslizarse entre sus dedos.
A Cecilia, en cambio, no le gustaba el olor a hierba recién cortada ni el sabor del melón. Tampoco le gustaba escribir a ordenador ni el calor asfixiante de Agosto.
Cecilia era sencilla y pequeñita, como una peca en el cuerpo de un gran boxeador, esos a los que temía.
Sus ojos castaños se asemejaban al color de la guarida de las ardillas en otoño y su pelo color miel siempre caía sobre sus hombros revoltoso y encrespado.
A Cecilia le encantaba ser cómo era. Era menuda y torpe al andar, sus movimientos carecían de coordinación alguna pero siempre iban acompañados de una sonrisa tímida y pequeñita, como su dulce carita blanca.
En invierno Cecilia solía ser más excéntrica de lo habitual, le gustaba salir de noche a la calle y aspirar el profundo y frío aroma nocturno.
Le gustaba leer las revistas de detrás hacia delante y cantar en la ducha canciones improvisadas.
También le gustaba sentarse a estudiar con la espalda apoyada en la calefacción de su habitación mientras escuchaba alguna canción atemporal.
Para ella, el invierno era una estación en la que se permitía hacer todas las locuras posibles, como tomar chocolate y mancharse la nariz a propósito o hacer en su cama una tienda de campaña con ayuda de sus sábanas.
Para Cecilia en invierno no había límites. Le gustaba caminar hacia la zona alta de la ciudad y sacar fotografías a las ramas de los árboles desnudos, sentarse en un banco y ponerle nombre a las hojas caídas y olvidadas por el ya finalizado otoño.
Cecilia, sin embargo, se sentía muy sola.
Nadie había querido sentir hacia sus ojos castaños sentimiento alguno, no había recibido ninguna carta de amor y sus labios permanecían sellados sin haber descubierto los besos.
Nadie se había interesado por sus excéntricos actos, ni por la belleza de las palabras que escribía al caer la noche.
Cecilia, aún así, sonreía con esas sonrisas que llenan los ojos de lágrimas y caminaba grácil por las calles de la ciudad, como una muñequita danzante.
Cuando Enero ya finalizaba y caía en picado como las gotas de lluvia, Cecilia caminó hacia la playa.
Cuando hubo llegado se descalzó, era un ritual a seguir.
Para Cecilia el frío no era inconveniente alguno, es más, la sensación de frío en los pies le provocaba una emoción propia de una niña de seis años.
Con la lluvia mojando su cuerpo y sus ropas, con las gotas de lluvia colgando de sus cabellos, Cecilia empezó a correr por la playa.
Levantaba la arena dormida desde aquel día de Septiembre y bailaba al son de la melodía marina.
Cecilia era feliz como cualquiera de sus queridas gaviotas, como cualquier joven de su edad.
Entre bailes, risas y dulce torpeza, Cecilia se acercó al mar. Dejó que las olas bañaran los dedos de sus pies y sintió ese cosquilleo que le trajo recuerdos de aquel verano con su familia y de aquel bañador rosa y blanco.
Caminó mar adentro hasta que el agua le llegaba a las rodillas, su pantalón se pegaba a sus flacuchas piernas y el frío le hacía temblar.
Le gustaba, le encantaba.
Cecilia siguió andando, podía seguir así toda la vida. Su cuerpo ya estaba completamente empapado gracias a la lluvia incesante y a las olas sublevadas por acción del viento invernal.
En ese momento, Cecilia se paró a pensar en su vida.
Otra de las características de la dulce Cecilia es que pensaba en los momentos menos apropiados.
Pensó en todo lo que los demás tenían y ella no, la pequeña Cecilia siempre se había sentido extraña e inadaptada, como una flor creciendo en cualquier calle de Madrid, como un copo de nieve en Julio.
Cecilia era realmente especial, pero ella no lo sabía. Simplemente era un bicho raro, alguien a quien la gente evitaba continuamente. Le gustaba cómo era, pero no gustaba a los demás.
La dulce y tímida Cecilia no sabía el valor de su vida. De hecho, quiso adentrarse aún más en el mar y dejarse llevar por las olas a donde éstas la llevaran. Dejarse balancear mar adentro olvidando todo.
Quiso rendirse.
Una ola enorme la atrapó de repente. El oleje era cada vez mayor y Cecilia se había adentrado demasiado en la mar. El pánico entonces se apoderó de ella, de la dulce Cecilia que hace unos segundos quiso naufragar con su vida.
Quiso retroceder, entonces, volver a la orilla donde descansaban sus deportivas y volver a tomar otro chocolate caliente ensuciándose la nariz. Quiso recuperar lo que en dos segundos había odiado y rechazado.
Nadó en un intento de regresar, quiso realmente volver atrás.

Lo que no sabía la pequeña Cecilia es que a veces arrepentirse no es la solución.

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